Los desafíos de la lactancia materna

Es común enfrentarse a algunos desafíos durante las primeras semanas de la lactancia materna. Sé amable contigo misma conforme aprendes y ganas confianza. La lactancia materna es una experiencia personal, por lo que lidiarás con desafíos muy particulares. Sin embargo, existen estrategias en las que te puedes apoyar para superar los obstáculos y lograr que esta sea una experiencia más cómoda tanto para ti como para tu bebé. 

A continuación, te contamos sobre algunos de los retos que podrías atravesar durante esta etapa, y de qué forma puedes abordarlos.

El agrietamiento o la fisura en los pezones, generalmente, ocurre a causa de un mal agarre o succión del bebé al momento de amamantar. Sin embargo, existen otros factores que pueden influir en este problema, como alguna infección en los pezones, el frenillo corto en el pequeño, el jabón utilizado para lavar esa área, etcétera. Esta condición puede ocasionar dolor severo, sangrado en los pezones y más.¹
Aunque el agrietamiento es un problema común, no significa que sea normal. Lo mejor es que tomes medidas para prevenir que el tejido de tus pezones siga lesionándose, mientras la parte afectada sana. Estos consejos pueden ayudarte a sanar si tienes alguna molestia:

• Aplícate alguna pomada especial en el área lastimada: La aplicación de una crema indicada para esa área, en pequeñas cantidades puede ayudarte a aliviar el dolor en las partes fisuradas y a estimular la cicatrización. No olvides limpiar todos los rastros de cremas o lociones antes de darle pecho a tu bebé. ²
• Frota con leche materna el área lastimada: La leche que produce tu cuerpo tiene ciertas propiedades antibacterianas que pueden apoyar en la hidratación de los pezones y en el proceso de curación de las grietas.² 
• Deja secar tus pezones. Al aplicar la pomada y permitir que la zona lastimada se airee, puedes promover la cicatrización y evitar que tus pezones se sigan humedeciendo. Recuerda que tener los pezones demasiado húmedos te hace más propensa a sufrir de agrietamiento.²
• Date pequeños masajes. Si tus pechos están tan llenos de leche que a tu bebé le cuesta trabajo tener un buen agarre, considera la posibilidad de extraer para aliviar la presión y estimular la lactancia.²
• Aplica compresas tibias o almohadillas de gel. Estas te ayudarán a aliviar el dolor y promover la curación de los pezones adoloridos. Puedes hacer tu propia compresa con una toalla humedecida en agua tibia.²

Los pezones invertidos se caracterizan por estar apuntando hacia adentro del seno en lugar de hacia afuera³. Hay personas que les llaman así a los pezones que están retraídos; es decir, que quedan planos sobre la areola. La mayoría de las personas en esta situación nacen así o comienzan con este problema de forma gradual. Si tienes esta condición y has tenido problemas para amamantar, hay varias técnicas que podrían ayudarte.³ Estas son algunas de ellas:

• Técnica de Hoffman. Coloca tus pulgares a cada lado de tu pezón. Presiona hacia abajo mientras separas los pulgares, para promover que tu pezón se levante y tu bebé pueda prenderse a él.³
• Los pezones son tejido eréctil. Para estimularlos hacia afuera, coloca el pulgar y el dedo índice alrededor del pezón y gíralo hacia afuera, o bien, aplica algo de frío. Recostarse de lado mientras alimentas a tu bebé podría aumentar la efectividad de estas técnicas.³
• Tu bebé puede ser un gran aliado para retraer tu pezón, pero también puedes utilizar un dispositivo de succión como un extractor de leche para ayudarte en esta tarea. Ten en mente que tu bebé debe agarrarse bien a tu areola, por lo cual probar con un agarre más profundo en muchas ocasiones puede solucionar estos problemas.³

Si a pesar de esto sigues teniendo problemas para amamantar a tu bebé, no dudes en consultar a tu médico inmediatamente. Sólo él puede darte una recomendación adecuada basada en tu historial clínico.

La mastitis es una inflamación en el tejido mamario que en muchas ocasiones involucra una infección.⁴ Esta inflamación en los pechos puede provocar que sientas sensibilidad, dolor o sensación de ardor, enrojecimiento en la piel y/o sensación de calor al tacto, aunque además de eso puede generar fiebre y escalofríos.⁴ Muchas veces la mastitis es provocada por un conducto mamario bloqueado o algunas bacterias que ingresan en los conductos mamarios. Esta situación puede hacer que creas que no tienes suficiente leche en tus pechos, lo que en muchas mujeres provoca abandonar la lactancia antes de tiempo; sin embargo, lo mejor es que consultes con tu médico las alternativas de tratamiento y no suspendas la lactancia a menos que el médico lo indique.⁴
Para prevenir cualquier probabilidad de tener mastitis, te sugerimos que sigas estos consejos:

•     Al estar amamantando, asegúrate de haber drenado por completo toda la leche de tus pechos.⁴
•     Deja que tu bebé vacíe por completo cada pecho antes de pasar al otro.⁴
•     Entre cada toma, procura cambiar la postura en la que amamantas a tu bebé.⁴
•     Verifica que el agarre de tu bebé sea el adecuado al momento de amamantar.⁴

Sobreproducción de leche materna (Hipergalactia o hiperlactancia)
Algunas nuevas mamás tienen un exceso en la producción de leche materna. Algunos de sus síntomas más conocidos incluyen la sensación de tenerlos demasiado llenos, la incapacidad de amamantar al pequeño de ambos pechos en cada toma, y puede derivar en el bloqueo de los conductos mamarios y una eventual mastitis.⁵
Por otro lado, puedes notar algunos signos en tu bebé que son señales de alerta. Si ves que se está ahogando o tosiendo constantemente, muerde o aprieta el pezón (generalmente, para disminuir el flujo de leche que sale), y está demasiado inquieto en las tomas (arquea la espalda y tiene que engancharse varias veces), quizás es momento de prestar atención y verificar si hay algo que pueda estar sucediendo.⁶ Estos tips te ayudarán a lidiar con las molestias de la hipergalactia:

• Antes de cambiar al segundo pecho durante la toma, asegúrate de haber vaciado completamente el primero. Esto evita que haya demasiada leche en cada pecho.⁶
• Practica la alimentación por bloques durante una semana. Primero, divide tu día en periodos de 3 horas, y alimenta a tu bebé de un solo pecho durante cada lapso. Por ejemplo, de las 9 de la mañana hasta las 12 de la tarde, permite que se amamante sólo del pecho derecho. Luego, de las 12 a las 3 de la tarde, ofrécele únicamente del pecho izquierdo. Si sientes cualquier señal de incomodidad en el pecho opuesto, puedes extraer una cantidad pequeña de leche para aliviar la presión, pero ten cuidado de no hacerlo en exceso, o el problema podría empeorar.⁶
• Permite que tu bebé se alimente sentado, mientras permanece de frente al pecho.⁶
• Asegúrate de que tu pequeño pueda mover la cabeza mientras se alimenta. Si el flujo de la leche es abundante o sale muy rápido, es importante que tu pequeño sea capaz de soltarse rápidamente.⁶

Recuerda que, si tienes alguna preocupación sobre tu suministro de leche materna, puedes buscar la asesoría de un consultor en lactancia o de tu médico de cabecera, quien conoce tu historial y sabrá cuál es la mejor alternativa para ti y tu bebé.

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