1.- ¿Debemos tener algún cuidado especial para el cordón umbilical que le queda al bebé en el ombligo hasta que se cae?
Tratar de no humedecerlo ni jalarlo, doblar el pañal para evitar, en lo posible, que esté en contacto con el mismo y vigilar que no aparezcan signos de infección (enrojecimiento alrededor del cordón, olor fétido, salida de pus). Si estos aparecen, llama de inmediato a tu pediatra.
2.- ¿Cuál es la temperatura normal de un bebé?, ¿hasta qué rango se considera temperatura normal y a partir de cuál se considera temperatura alta?
36.3 a 37,2 grados centígrados por vía axilar es lo que se ha encontrado como normal. Si se toma la temperatura en boca o ano es un poco más alto. Si aumenta más de este rango hablamos primero de febrícula y luego de fiebre (más alto). Si baja de este rango, el bebé tiene lo que se conoce como hipotermia. En ambos casos (temperatura alta o baja) es necesario avisar al pediatra. Debes cuidar siempre que el cuarto no esté muy frío o caliente e igualmente que el bebé no esté muy cobijado o con poca ropa; los bebés son particularmente sensibles al medio externo y tanto el exceso como la falta de temperatura puede hacerles daño.
3.- ¿Cómo saber si mi bebé sufre de reflujo?
Muchos bebés tienen cierto grado de reflujo; es decir, regresan un poco la leche. Sin embargo, esto no necesariamente implica que sea una enfermedad. En general, si el bebé luce bien, aumenta de peso, no deja de respirar al tener reflujo y no tiene neumonías de repetición, puede tener lo que se conoce como reflujo fisiológico (no enfermedad). Tu pediatra podrá orientarte al respecto.
4.- ¿Es verdad que debemos envolver al bebé apretadito como tamal?
Es mejor dejarlo libre para que mueva sus piernas con libertad. Antes se dejaban así, pues a veces disminuye el llanto; sin embargo, es mejor su libertad y contener el llanto de otras maneras. Además, la cadera se forma mejor si las piernas y muslos están en abducción (abiertos) que si se dejan pegados uno al otro (aducción).
5.- ¿Puede el bebé recién nacido viajar?
Si es sano, sí. Si tiene problemas especiales, deberás consultar a tu médico. En cualquiera de los casos, tu pediatra conoce bien las condiciones individuales de tu bebé.