El inicio del trabajo de parto es diferente para cada mujer
Se ve tan fácil en la televisión: cae un chorro de agua, se suben al carro y conducen frenéticamente hacia el hospital, la mamá puja un par de veces y nace el bebé. Una parte importante de aprender a prepararse para el parto es separar la realidad de la ficción y entender que no siempre es como lo presentan en la televisión. En la vida real, puede ser bastante complicado. De hecho, a algunas mujeres les cuesta distinguir entre el trabajo de parto falso y el real.
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Rompimiento de la fuente: Para algunas mujeres, el rompimiento de la fuente es el primer indicio de trabajo de parto. Aunque puede haber un chorro de agua, como en la televisión, muchas solo presentan un leve escurrimiento. En algunos casos, puede ser difícil diferenciar entre el líquido amniótico y la orina. ¿Cómo puedes estar segura? Háblale a tu médico. Dile que no sabes si rompiste fuente y descríbele cualquier olor o color que percibas del líquido. Lo más probable es que te pida que vayas para una revisión. Por otro lado, es posible que necesites la ayuda de un profesional de la salud para romper fuente al llegar al hospital.
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Contracciones: Distinguir entre las contracciones del parto y las de Braxton-Hicks puede llegar a ser todo un reto. Por lo general, las contracciones de parto siguen un patrón regular y duran entre 30 y 70 segundos. Sin embargo, siempre puedes llamar a tu médico si necesitas consultarle algo.
El trabajo de parto es un largo viaje
La primera etapa del parto, cuando estás teniendo contracciones, pero no estás lista para pujar, puede durar entre 12 y 19 horas. Recuerda que puede ser un proceso lento, pero hay muchas cosas que puedes hacer para facilitarlo:
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Toma un baño (con el permiso de tu médico si ya rompiste fuente) de tina o en la regadera.
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Sal a caminar.
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Cambia de posición cuando empieces a sentirte incómoda.
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Intenta respirar durante las contracciones.
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Pídele a alguien que aplique presión sobre tu espalda baja rodando una pelota de tenis para disminuir el dolor.
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Mécete en una mecedora o rebota sobre una pelota para el parto.
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Escucha música relajante.
Y, sobre todo, recuerda que los bebés no siguen horarios y que a veces, lento, pero seguro es lo mejor. Siempre y cuando tu bebé esté seguro, el personal médico no forzará el parto.
Tu cuerpo necesitará tiempo para poder recuperarse
Después de dar a luz, es probable que tengas algunos síntomas inesperados:
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Entuertos: Es posible que sientas dolores en el vientre durante algunos días, los cuales son ocasionados por tu útero, que se está contrayendo. Suelen intensificarse al amamantar o si estás con algún tratamiento para reducir la hemorragia. No te preocupes: son normales y desaparecerán en unos días. Si son demasiado intensos, consulta a tu médico
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Flujo vaginal considerable: Después del parto, tendrás algo parecido a un periodo muy abundante, y la sangre puede contener pequeños coágulos. Sin embargo, debes llamar a tu médico si detectas mal olor en el flujo, si cambias tu toalla sanitaria en menos de una hora, si los coágulos son más grandes que una pelota de golf o si tu temperatura supera los 37 °C.
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Frío y calor: Tu cuerpo se está adaptando a nuevos niveles hormonales y de sangre, lo cual te puede ocasionar sudores o escalofríos.
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Escurrimiento: Es normal la incontinencia urinaria, especialmente después de un parto prolongado. Te puede suceder al estornudar, toser o reír.
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Peso: Tal vez no lo sabías, pero no pierdes todo el peso del embarazo después de haber dado a luz. Probablemente, perderás unos 6 kilos (que incluyen el peso del bebé, el líquido amniótico y la placenta). Durante la siguiente semana, perderás el peso de los líquidos adicionales.
Una vez que todo haya terminado, la mejor sorpresa será darte cuenta de lo perfecto que es tu bebé para ti.