Seguramente has escuchado decir que la lactancia es el mejor alimento para tu bebé, pero ¿cuál es la razón de que sea tan importante en su desarrollo? Aquí te hablamos de algunos de sus grandes beneficios, y te decimos cómo puede ayudarte también a ti y a tu pareja en el camino a ser padres.
La leche materna contiene anticuerpos que pueden ayudar a combatir las infecciones en el organismo de tu bebé. Estos anticuerpos están presentes desde el calostro, que es la primera leche que saldrá inmediatamente después del nacimiento de tu bebé. A través de ellos, tú como mamá puedes transmitir cierta protección a tu pequeño contra enfermedades que padeciste en algún momento, o incluso contra aquellas que puedas contraer durante la lactancia.1
La leche materna está compuesta por proteínas, grasas, azúcares e incluso glóbulos blancos que actúan en conjunto para combatir alguna posible infección. Estos componentes son especialmente útiles frente a los padecimientos del tracto gastrointestinal, pues la lactancia llega directamente al estómago y a los intestinos, lo que hace que actúen antes de ser absorbidos y llegar a todo el cuerpo. Esto también ayuda a que el sistema inmune se prepare y pueda reconocer y combatir infecciones incluso después de terminar con el periodo de lactancia.1
Entre algunas de las enfermedades de las que la lactancia materna podría proteger a tu bebé, están las siguientes:
Enfermedades del sistema respiratorio, como la neumonía, el virus respiratorio sincitial, el asma o la tosferina2
Infecciones en el oído2
Meningitis bacteriana2
Obesidad infantil2
Diabetes tipo 2 (en algún momento posterior)2
leucemia infantil2
Caries y otros problemas de dentición (en niños menores de 1 año)2
Celiaquía o enfermedad inflamatoria intestinal2
Además, algunos estudios demuestran que los bebés que se alimentan de leche materna tienen una tasa de hospitalización más baja y gozan de mejor salud.2
La lactancia materna contiene todos los nutrientes que tu pequeño necesita para crecer y desarrollarse, pues aporta una combinación única y específica de vitaminas, minerales y antioxidantes.2 Amamantar a tu bebé apoya su nutrición, en tanto:
El estómago e intestinos de tu bebé aún no maduran del todo, y es más fácil para él digerir la leche materna.2
Tiene la cantidad adecuada de grasa, azúcar, agua, proteínas y vitaminas para apoyar su desarrollo.2
Contribuye a un aumento saludable de peso.2
La leche materna va cambiando su composición con el paso del tiempo, lo que le permite satisfacer las necesidades nutricionales de tu bebé en cada etapa.2
Contiene sustancias que ayudan a tranquilizar naturalmente a tu pequeño.2
La Organización Mundial de la Salud recomienda amamantar a tu bebé de forma exclusiva durante sus primeros 6 meses. Después de ellos, puedes comenzar la alimentación complementaria a la par que sigues ofreciendo leche materna3. No olvides asesorarte de la mano de tu pediatra, quien conoce el historial clínico de tu bebé y podrá darte el mejor consejo según su situación.
La lactancia materna no solo trae beneficios para tu pequeño, sino también para ti como mamá. Puede ser un buen aliado para prevenir la depresión posparto, si tu proceso se desenvuelve de forma adecuada y te sientes apoyada. De la misma forma, es un excelente coadyuvante para la recuperación posparto, pues al lactar tu cuerpo libera oxitocina, una hormona que ayuda a contraer tu útero después del nacimiento de tu bebé. Esto ayuda a que vuelva a su tamaño normal y reduce la cantidad de sangrado vaginal2.
Amamantar a tu pequeño también puede ayudarte a prevenir distintos temas de salud a futuro, tales como:
Cáncer: de mama, endometrio, tiroides u ovarios2
Osteoporosis2
Diabetes tipo 22
Enfermedades cardiovasculares2
Hipertensión2
Colesterol alto2
Según datos de la Organización Panamericana de la Salud, las mujeres que amamantan a sus bebés tienen un 32% menos probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2; 26% menos probabilidades de tener cáncer de mama y un 37% menos de riesgo de padecer cáncer de ovario, todo esto en comparación con mujeres que no amamantan o amamantan menos3.
La lactancia materna es una forma especial y única de conectar con tu pequeño en esta etapa. Algunos estudios han determinado que el vínculo que genera la lactancia puede ayudar a reducir los problemas sociales y de comportamiento tanto en niños como en adultos. Asimismo, mamás, papás y cuidadores que están dentro del proceso de lactancia pueden aprender a leer las señales que da su bebé, al tiempo que el pequeño aprende a confiar en sus cuidadores. Esto también contribuye a moldear su comportamiento temprano.2
Al poner en práctica el contacto piel a piel también puedes generar un vínculo con tu pequeño. Este método también es conocido método canguro, y consiste en acostar al bebé directamente sobre el pecho, cubrirlo con una manta tibia y dejarlo descansar ahí por lo menos una hora; puedes practicarlo en cuanto tu bebé nazca (después de su primera toma de leche) y, posteriormente, cuando quieras ayudarlo a tranquilizarse4. Esta práctica también puede traer otros beneficios como los siguientes.
Calma y relaja tanto a mamá como al bebé.4
Apoya en la regulación del ritmo cardiaco y la respiración el bebé, ayudándole en su adaptación a la vida fuera del útero.4
Estimula la digestión y el interés por alimentarse.4
Estimula la liberación de hormonas que apoyan la maternidad (sobre todo, en el periodo de lactancia).4
Por otro lado, se ha demostrado que el contacto piel a piel también puede tener beneficios positivos para los papás: mejora el apego entre padre y recién nacido5, ayuda a ambos a relajarse, fortalece la relación padre-hijo y promueve la creación de un vínculo más cercano.6
RKT-M-03105