Miedo, fobia y ansiedad
Es muy común creer que estas sensaciones son lo mismo, pero son muy diferentes. Un niño puede sentir miedo natural ante la presencia de un perro grande y el miedo puede aumentar si el perro comienza a ladrar. Es entonces cuando el niño necesita alejarse para sentirse tranquilo.2
Pero si el perro se encuentra amarrado, a distancia, sin ladrar y aun así el niño tiene miedo, entonces podría tratarse de una fobia2. Es importante señalar que las fobias deben ser diagnosticadas por un especialista.
La ansiedad es una reacción del organismo que se produce cuando sentimos un miedo intenso o un estado de alerta, sea con un motivo real o no. Se altera el ritmo del corazón, se acelera la respiración, se producen pensamientos desagradables y hasta se pueden producir tics. Pero no siempre que sentimos miedo se produce la ansiedad.2
Miedos más comunes en los niños
Uno de los motivos de miedo más comunes entre los bebés y niños es estar lejos de sus padres. Es muy frecuente cuando mamá los pone en la cuna, o ya mayorcitos, cuando los deja en la escuela. Los bebés necesitan cercanía física permanente, pero los niños en edad preescolar pueden aprender a distanciarse por algunas horas y seguir sintiéndose tranquilos. Para ello, es necesario decirles que todo estará bien y que siempre estarán seguros. Darles abrazos, escucharlos y decirles palabras tranquilizantes es muy útil.2
Entre los pequeños de 4 a 6 años un miedo frecuente lo producen los personajes o las historias fantásticas, si es que no se les explica que no son realidad3. Otros factores comunes que los asustan son ruidos fuertes, la oscuridad o las pesadillas. ¿Cómo apoyarlos en estas situaciones?3
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En lo relativo a las historias fantásticas, explícales que son producto de la imaginación de alguna persona, pero que no tienen existencia verdadera, aunque en su mente lo parezca y que, así como en su imaginación hay cosas que puedan asustarlo, también hay cosas que pueden causarle alegría o diversión.3
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Si le tiene miedo a la oscuridad, desarrollen una rutina para antes de dormir que lo tranquilice, como cantar o leer. Si necesita tener una luz prendida, ofrécele tener encendida una pequeña lámpara que lo apoye durante esta situación. No le hará ningún mal, sino al contrario: sentirá que mamá o papá lo comprenden y apoyan.3
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Evita que vea imágenes, películas y programas que puedan asustarlo.3
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Ayuda a tu hijo a afrontar sus miedos, por ejemplo, comprueben juntos que no hay monstruos debajo de su cama.3
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Por último, pero no menos importante, a medida que tu hijo crezca, habla con él y escúchalo. Ayúdalo a poner sus sentimientos en palabras y a probar cosas nuevas.3
Los temores siempre van a estar latentes y más a una edad temprana. Algunos niños saben afrontar sus miedos normales con el apoyo de sus padres. Hay otros pequeños a los que les cuesta más trabajo.3
Si los miedos son muy intensos y/o impiden que tu hijo lleve una vida normal, podría ser un indicador de un trastorno de ansiedad o una fobia, siendo necesaria la intervención de un especialista.3
Para más información consulta con tu pediatra.
