Aunque a tu pequeño le encante el sabor dulce, el consumo excesivo de azúcares simples incrementa el riesgo de presentar caries, incluso en los bebés que aún no tienen dientes, además de propiciar el gusto excesivo por los azúcares. A largo plazo, el exceso en la ingesta de azúcares puede facilitar la aparición de otras enfermedades como sobrepeso u obesidad, enfermedades del corazón y/o diabetes.1 Por eso, es recomendable que conforme crezca tu hijo te acostumbres a leer las etiquetas de los alimentos que le ofreces, debido a que muchos de estos son preparados con azúcar.
Recuerda que no debes ofrecer dulces o bebidas azucaradas a pequeños menores de dos años1,2 para evitar el desarrollo de las enfermedades antes mencionados, así como evitar que se acostumbre a consumir este tipo de alimentos.
Sin embargo, los alimentos azucarados no son los únicos que pueden causar problemas, también el consumo de jugos de frutas en exceso y otras bebidas azucaradas pueden propiciar el gusto por el sabor dulce, así como la presencia de sobrepeso y obesidad.
La ingesta de jugo 100% natural para niños de 1 a 3 años debe ser de máximo cuatro onzas al día. Para niños de 4 a 6 años, se recomiendan de cuatro a seis onzas al día, y para mayores de 7 años de edad, se debe limitar a 8 onzas o una taza de 240 mililitros.3
Existen muchas maneras saludables de satisfacer el antojo natural de tu niño por los sabores dulces. Por ejemplo, en lugar de jugos puedes ofrecerle frutas con cáscara. En comparación con los jugos, estas tendrán un mayor contenido de fibra.
No olvides consultar tus dudas con tu pediatra, quien se encargará de proporcionarte las porciones y recomendaciones de alimentación adecuadas para tu pequeño de acuerdo a su edad y actividades.
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