Como padre, podría preocuparte que tu niño no esté comiendo lo suficiente para obtener la energía que necesita o que no esté recibiendo todos los nutrientes que requiere para su crecimiento y desarrollo1. Tranquilízate, es común que los niños pasen por una etapa difícil con la comida. Estamos aquí para ayudarte, te compartimos 13 tips sobre cómo mejorar los hábitos alimenticios de tu pequeño y hacer que la hora de comida sea más divertida.
- Permite que tu hijo ayude
- Prepara a tu hijo para la hora de la comida
- Siéntense juntos
- No prolongues el tiempo de la comida
- Apaga las distracciones
- Pon un buen ejemplo
- Siempre ofrece una comida “favorita”
- Mantén porciones pequeñas y respeta su apetito
- Introduce nuevos alimentos con regularidad
- Sé prudente con los refrigerios
- Recompensa a tu hijo
- No seas tan duro contigo mismo
- Sé paciente
- Referencias
Permite que tu hijo ayude
Los niños pequeños disfrutan discutiendo qué preparar para la cena. Anima a tu hijo a participar en las decisiones sobre lo que comerán. Involúcralo en las idas al supermercado y las tareas sencillas de la cocina, ya que todo esto le ayudará a sentirse incluido.
Prepara a tu hijo para la hora de la comida
Avisa a tu hijo cuando se acerque la hora de sentarse a comer. Esto le ayudará a establecer su propio sentido de rutina, y también tendrá tiempo para terminar de jugar, sin sentirse apurado1.
Siéntense juntos
Trata de ver la hora de la comida como un momento en el que puedes centrarte en crear vínculos y compartir. Estar juntos en la mesa te dará la oportunidad de mostrarle a tu pequeño que las comidas pueden ser un tiempo para socializar y divertirse1.
No prolongues el tiempo de la comida
Los niños pequeños tienen una capacidad de atención limitada. Piensa de manera realista y determina: ¿cuánto tiempo estará tu hijo sentado felizmente en la mesa? Si notas que está contento durante media hora, pero se pone de mal humor después de eso, procura que la hora de la comida nunca exceda los 30 minutos1.
Apaga las distracciones
Desde teléfonos celulares hasta pantallas de televisión, trata de que las comidas estén libres de aparatos tecnológicos. Cuando los padres pueden generar hábitos saludables con respecto al uso de las pantallas, es más probable que los niños también se formen rutinas saludables2, lo cual tiene un impacto positivo a la hora de comer.
Pon un buen ejemplo
La mejor influencia en los hábitos alimenticios de tu bebé, eres tú como mamá o papá. Intenta dar un buen ejemplo al elegir opciones saludables: incluye variedades de frutas y verduras frescas, proteínas y cereales integrales en cada comida1.
Siempre ofrécele una de sus comidas “favoritas”
Asegúrate de incluir al menos un alimento saludable y que le agrade en cada tiempo de comida; de esta forma, evitarás que se levante de la mesa sin probar alimento1.
Mantén porciones pequeñas y respeta su apetito.
Un gran plato de comida puede ser abrumador, incluso para el niño menos quisquilloso. Empieza con un poco de comida; si se termina todo, siempre puedes ofrecer una segunda porción1,3.
El apetito de los niños puede variar de un día para otro, y normalmente son bastante buenos para juzgar cuánto necesitan comer. Si te preocupa que tu hijo no esté comiendo lo suficiente y no obtenga los nutrientes o energía que necesita día con día, consulta a tu médico.
Introduce nuevos alimentos con regularidad
Ofrece nuevos alimentos continuamente. Introducir nuevos alimentos en el desayuno es una buena opción, ya que es probable que tu hijo tenga más hambre en ese momento. Si tu hijo rechaza el alimento, intenta ofrecerlo en otra ocasión.1
Sé prudente con los refrigerios
Proporcionar un refrigerio a tu hijo muy cerca de las comidas principales puede hacer que pierda el apetito cuando se siente a comer. Las verduras crudas, como los palitos de apio y de pepino, pueden ser una buena opción; se los puedes ofrecer como refrigerio mientras espera el almuerzo o la cena.1
Recompensa a tu hijo
Felicitar o motivar a tu hijo lo ayudará a desarrollar sus preferencias sobre los alimentos. No utilices la comida como recompensa o castigo. Es mejor utilizar el estímulo positivo para ayudarles a formar una relación más saludable con la comida.1
No seas tan duro contigo mismo
Como mamá o papá, podrías pensar que estás fallando si una comida no salió como esperabas. Trata de no pensar demasiado en lo que no salió bien y concéntrate en la siguiente comida, que está a unas pocas horas de distancia.1
Sé paciente
Aunque puedas sentirse frustrada o desanimada porque tu hijo no come lo que le das, intenta comprender que esto es una etapa común en los niños. Con un poco de paciencia y algo de ensayo y error, el comportamiento de tu niño respecto a la comida debería mejorar, dale tiempo1.
Por supuesto, si te preocupa que tu hijo no esté recibiendo los nutrientes que necesita4 o que esté perdiendo peso, visita a tu pediatra, que te dará algunos consejos sobre su alimentación.1
Consulta a tu médico.
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