Consulta a tu médico con regularidad
Si te preocupa cualquier síntoma que tenga tu bebé, debes llamar a tu
médico inmediatamente. Si tu hijo tiene menos de tres meses y presenta
fiebre o cualquier síntoma de malestar, siempre debes llamar a tu médico.
Una lectura de temperatura de 38.0°C (100.4°F) i o mayor, normalmente
sugeriría que tu bebé tiene fiebre, pero las lecturas pueden variar
dependiendo del tipo de termómetro que uses y de dónde lo coloques.
En ocasiones, la fiebre es el síntoma de una enfermedad común como el
resfriado (infección de las vías respiratorias superiores). Los resfriados
normalmente duran alrededor de una semana (pero pueden durar hasta dos
semanas) y no suelen tratarse con medicamentos. Sin embargo, tu médico o
pediatra puede recomendarte medicamentos adecuados de venta libre que
pueden ser eficaces para bajar la fiebreii. Por lo general, te darás
cuenta de que un poco más de cuidado, descanso y atención es todo lo que
tu bebé necesita para recuperarse por completo en unos pocos días. Como
padre, es probable que conozcas algunas señales y síntomas de enfermedades
comunes en los niños, pero sin duda tendrás preguntas, por ejemplo: ¿Cómo
puedo saber si algo requiere una revisión más exhaustiva? Tu médico podrá
apoyarte y guiarte sobre cómo cuidar a tu bebé hasta que se recupere.
Mantén cómodo a tu bebé
Una de las partes más difíciles de cuidar a un bebé enfermo es que no
pueden decirte cómo se sienten o qué necesitan. Hay algunas señales que
indican que tu bebé puede estar enfermo, aunque por supuesto, estas pueden
ser diferentes para cada niño. Tu bebé puede estar inquieto, llorar más o
dejar de comer. La comodidad puede consistir en mantener a tu bebé cerca
de ti o dormirlo en una habitación bien ventilada para regular su
temperatura. Si tu bebé tiene diarrea puede significar cambiarle los
pañales con más frecuencia y usar una crema protectora en sus pompisiii
para tratar de aliviar cualquier irritación ocasionada por las
evacuaciones más frecuentes.
Mantén hidratado a tu bebé
Aunque una señal común de enfermedad puede ser la disminución del apetito,
es importante asegurarte de que tu bebé esté tomando suficientes líquidos.
Si tu bebé tiene diarrea, o la congestión causada por un resfriado
dificulta que tome leche, puede correr el riesgo de deshidratarse. Si
estás preocupada, ponte en contacto con tu médico para que te oriente
sobre cómo aumentar la ingesta de líquidos de tu bebé. Las señales de
deshidratación pueden incluir menos pipí en el pañal o labios secos y
pálidosiv. Darle de comer a tu bebé de forma muy regular, aunque difiera
de su horario habitual, ayudará a asegurar que esté adecuadamente
hidratado.
Cuídate y mantén la calma
Aunque, sin duda, toda tu atención estará puesta en el bienestar de tu
bebé, es muy importante que te cuides. Cuidar a un bebé ya es bastante
agotador, y cuando además hay una enfermedad de por medio, la paternidad
puede tornarse aún más difícil. Las noches en vela o interrumpidas a causa
de la inquietud de tu bebé, la disminución de las siestas durante el día y
la preocupación general por si estás haciendo lo correcto influirán en
cómo te sientes.
Asegúrate de tener tiempo para ti, incluso si solo se trata de tomar un
buen baño antes de dormir o disfrutar de una comida nutritiva preparada
por tu pareja. No olvides pedir apoyo adicional a tus amigos y familiares
mientras tu bebé está enfermo: pídeles que vayan a la tienda para hacer
algunas compras o que te hagan compañía y te ayuden con algunas tareas de
la casa. ¡Cada par de manos extra ayudará a aligerar la carga!
Por supuesto, si entras en pánico porque tu hijo parece mostrar algún
síntoma preocupante, intenta mantener la calma. Llama a los servicios de
emergencia y quédate con tu hijo hasta que te digan qué hacer.
Observa cualquier cambio
Tu médico debe ser la primera persona a la que llames si tienes alguna
duda sobre si una señal o síntoma de enfermedad necesita investigarse más
a fondo. Si, después de comunicarte con tu médico, la fiebre de tu bebé
continúa durante varios días más, haz una llamada de seguimiento.
El seguimiento de la temperatura de tu bebé te ayudará a entender cómo va
evolucionando. Aunque hay muchas formas de utilizar un termómetro digital,
desde colocarlo bajo la axila del bebé hasta insertarlo en el recto, pide
consejo a tu médico o prestador de servicios médicos sobre qué es lo más
adecuado y preciso.