¡Hola! Sabemos la importancia del amamantamiento de tu pequeño. Por eso, te compartimos algunos consejos y ejemplos de diferentes posturas.
Lo primero que debes saber es que la postura que adoptes dependerá de tus preferencias y de las circunstancias en las que alimentes a tu bebé. Lo más importante es que estés cómoda, para facilitar el agarre de tu bebé. Para esto, la cabeza y el cuerpo de tu hijo tienen que estar alineadas; es decir, el cuello no debe estar flexionado, ni la cabeza girada.1
Puede ser que te sientas más cómoda, sentada. Para esta postura apoya la cabeza de tu bebé en tu antebrazo y la mano en la espalda. El bebé tiene que estar en estrecho contacto con tu cuerpo, con la cabeza y cuerpo alineados frente al pecho y el pezón a la altura de la nariz. Acerca al bebé al pecho en lugar de desplazar el pecho hacia la boca del bebé.1
Ponte recostada boca arriba y colócate al pequeño sobre tu pecho, en contacto piel con piel. Deja que busque el pezón y se enganche por sí mismo, de forma espontánea. La cabeza del bebé apuntará en dirección del pecho.1
Recuéstate junto con tu bebé, los dos de lado, uno frente al otro, abdomen con abdomen. Coloca la boquita de tu bebé en el pezón y deja que se enganche por sí mismo, de forma espontánea. La cabeza del bebé quedará de frente a tu pecho. Esta posición es la más apropiada para las madres que han tenido cesárea.1
Coloca una almohada a cada lado de tu cuerpo y una sobre las piernas. Coloca a cada bebé sobre una almohada al costado de tu cuerpo (debajo de cada brazo). De esta forma, las piernas de los bebés apuntarán hacia el respaldo de tu silla. Sujeta la espalda de cada bebé con la parte interna de tus antebrazos. Las cabezas de los bebés deben estar a la altura de los pezones y tus manos, sobre la parte posterior de la cabeza, para que puedas sostenerlos fácilmente.2
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