¡Hola! La extracción de leche puede resultarte útil en diversas ocasiones, como en la separación temporal de tu hijo en momentos en los que normalmente lo amamantas o al regreso a tu vida laboral1.
Por ello, te recomendamos algunos métodos de extracción:
Antes de empezar una sesión de extracción de leche, indiferentemente de que esta se realice de forma manual o mecánica, es importante que te laves perfectamente las manos y que efectúes un masaje en el pecho. También debes considerar que el procedimiento completo (estimulación y extracción) dura aproximadamente 30 minutos hasta después de que dejen de salir gotitas de leche.
Es una técnica utilizada en todo el mundo que te permitirá familiarizarte con tu pecho y perder el miedo a realizar la extracción. Es ideal para los primeros días de postparto, ya que las cantidades de calostro producidas son muy pequeñas y así podrás recolectarla en una cucharita y ofrecerlas a tu bebé.
Para realizar la extracción manual deberás:
Colocar el dedo pulgar junto con el índice y el medio, formando una letra C a unos 3 o 4 cm del pezón (no siempre coincide con el borde de la areola).
Empujar los dedos hacia atrás (hacia las costillas), sin separarlos.
Comprimir hacia el pezón con un movimiento de rodillo sin deslizar los dedos; como si fuera una acción de ordeño.
Tener éxito mediante este procedimiento dependerá principalmente de la elección de un buen sacaleches y la complicidad que se consiga con el aparato, puesto que en ocasiones el ruido y la situación podrían intimidarte.
Para elegir un sacaleches debes tener en cuenta:
Su eficacia
Facilidad de uso
Riesgo de traumatismo en el pecho
Facilidad de acceso
Precio
Un buen sacaleches deberá ser capaz de drenar el pecho y de estimular la producción, ser limpio, sin materiales contaminantes, fácil de usar y que no produzca ningún traumatismo.
Aunque la leche recogida mediante este procedimiento tendrá un mayor riesgo de contaminación, se minimizará si se procede a una limpieza cuidadosa posteriormente a cada uso.
También es importante que el frasco colector pueda usarse para alimentar al bebé, o para almacenar la leche, reduciendo al mínimo imprescindible el número de manipulaciones de la leche materna.
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