La lactosa es un tipo de azúcar naturalmente presente en la leche de todos los mamíferos. En los bebés y niños, la lactosa proporciona parte de la energía que necesitan diariamente1.
El intestino produce la enzima lactasa que ayuda a “romper” la lactosa y la transforma en dos azúcares simples (glucosa y galactosa); esto permite que el cuerpo absorba los azúcares simples a través del intestino. Cuando se disminuye o se pierde la actividad de la enzima de la lactasa, el intestino pierde la capacidad de absorber la lactosa, lo cual puede ocasionar síntomas gastrointestinales, como náuseas, cólicos, distensión, dolor abdominal, gases y diarrea a lo que se denomina intolerancia a la lactosa. Estos síntomas pueden variar dependiendo la cantidad de lactosa consumida y pueden ocurrir minutos u horas después de haber consumido algún alimento con lactosa2.
La lactosa está presente en los lácteos y otros alimentos como el pan, chocolate, cereales, aderezos, papas fritas, sopas, galletas, entre otros3; es importante leer las etiquetas de los productos para confirmar que no contienen lactosa2.
Si sospechas que tu bebé puede ser intolerante a la lactosa por los síntomas que presenta después de consumir algún producto lácteo o con lactosa, es importante que le comuniques esto a tu pediatra para que haga un diagnóstico de acuerdo con su historial clínico y los síntomas del bebé2.
Sí, puede suceder después de infecciones virales, en ocasiones es necesario retirar la lactosa temporalmente de la dieta del pequeño2.
La cantidad que necesita tu hijo de calcio y vitamina D depende de la edad, sin embargo, procura incluir en su dieta alimento ricos en calcio, por ejemplo: vegetales de hoja verde (espinaca, brócoli y kale), nueces, almendras, frijoles, sardina, salmón y alimentos adicionados con calcio2. Así como alimentos que contengan vitamina D, por ejemplo: aceite de hígado de bacalao, salmón, champiñones, sardina4. Si sientes que tu hijo no está consumiendo suficiente calcio y vitamina D, pregunta a tu pediatra sobre opciones de suplementación de acuerdo con su edad2.
Muchas personas llegan a confundir la intolerancia a la lactosa con alergia a la proteína de la leche de vaca, sin embargo, a pesar de que pueden compartir síntomas similares, son condiciones completamente diferentes2.
La intolerancia a la lactosa es cuando el organismo no produce la cantidad de lactasa suficiente para absorber la lactosa y puede presentarse desde la infancia, durante la adolescencia o vida adulta2.
La alergia a la proteína de leche de vaca provoca una respuesta inmune, significa que el sistema inmune reconoce como dañinas a las proteínas (suero y caseína) presentes en la leche de vaca y ocasiona una reacción alérgica con síntomas digestivos, respiratorios y dermatológicos. La alergia a la proteína de la leche de vaca normalmente se presenta durante los primeros meses de vida5.
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