Lograr que tu pequeño lleve una dieta balanceada es un reto, pero si tienes un poco de paciencia y creatividad, darle una alimentación saludable puede ser algo muy divertido.
La mayoría de los pequeños nunca se cansan de esto:
Pedazos de fruta en yogur bajo en grasas (proteínas, calcio, riboflavina).
Palitos de zanahoria con hummus (vitamina A, fibra, calcio, zinc).
Brócoli cocido con yogur natural bajo en grasa (calcio, potasio, vitamina C).
Alimentos que ruedan:
Chícharos (cromo, fibra, magnesio).
Garbanzos cocidos (ácido fólico, fibra, proteínas).
Rodajas de zanahoria cocida (vitamina A).
Albóndigas de pavo (proteína).
Palitos:
Palitos de queso empanizados en pan de trigo entero (proteínas, calcio, fibra, riboflavina).
Palitos de queso (proteínas, calcio).
Sandwiches de crema de maní y mermelada cortados en tiras (proteínas, zinc y ácido fólico).
Palitos de zanahoria (vitamina A).
Palitos de pescado (proteína).
Caras de verduras:
Pelo de espinaca (vitamina A, vitamina C, ácido fólico, magnesio).
Nariz de zanahoria (vitamina A).
Ojos de frijol negro cocido (hierro, proteínas).
Dientes de garbanzos cocidos (manganeso, ácido fólico, fibra, proteínas).
Dile a tu pequeño que forme su propia obra maestra. El brócoli es excelente para representar árboles, y el arroz integral se puede moldear para formar montañas.
Usa figuras divertidas: Los moldes para galletas, los cortadores de melón, los cortadores de pizza y las tazas medidoras son herramientas mágicas que tienes a la mano.
Utiliza recipientes divertidos: Es increíble lo atractivo que se puede ver un alimento si lo servimos en un florero o en un plato divertido. El truco se encuentra en la creatividad.
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