El reflujo en bebés es considerado como algo normal, especialmente durante el primer año de vida.1 La mayoría de los bebés termina con estos malestares entre los 9 y 12 meses de edad, a medida que madura el tracto digestivo.2 No obstante, también pueden existir casos donde los síntomas se complican. Por esto, es necesario informarse sobre las manifestaciones del reflujo en bebés, los tratamientos y sobre situaciones más graves en que es necesario consultar a un médico. Aquí te contamos más al respecto.
El reflujo es el retorno del contenido del estómago al esófago. A esto se le conoce como reflujo gastroesofágico o RGE. Por otra parte, cuando el reflujo se asocia con otros síntomas, o si persiste después de la infancia, se considera una enfermedad y se denomina ERGE. Sin embargo, el reflujo fisiológico en bebés con adecuada ganancia ponderal y sin síntomas asociados nunca se considera una enfermedad, más bien es algo normal. De hecho, en la mayoría de los bebés el RGE desaparece a medida que madura funcionalmente el tracto digestivo superior.
En bebés, el reflujo es algo común.1 Reconocer sus manifestaciones podría ayudar a dar seguimiento a su evolución y saber si lo que se está presentando puede considerarse entre la sintomatología considerada normal.
Estos son algunos síntomas que podrían ayudarte a identificar si tu bebé padece de reflujo:1
Devuelve la leche después de ser alimentado
Llora más de lo común sin una causa aparente
Parece más irritable
Tiene problemas para dormir
Tose con frecuencia
Si estos síntomas continúan, es necesario visitar al pediatra para tratarlo lo más pronto posible.1
Cuando el estómago de un bebé está lleno, o si su posición cambia abruptamente, especialmente después de alimentarse, los contenidos del estómago (alimentos mezclados con ácidos del estómago) presionan una válvula, en forma de anillo en la parte superior del estómago, que se conoce como esfínter esofágico inferior. Este anillo es el encargado de regular el paso de los alimentos del esófago al estómago y evitar el regreso del contenido ácido. Cuando no está completamente desarrollado este músculo, o si se abre en el momento incorrecto, los contenidos del estómago vuelven al esófago y se produce la regurgitación.3
El reflujo gastroesofágico suele comenzar entre las segunda y tercera semana de nacido y llega a su máxima intensidad entre los cuatro y los cinco meses.2 Generalmente, el reflujo gastroesofágico mejora después de los 6 meses, una vez que el bebé aprende a sentarse.3 Entonces el esófago se alarga y el esfínter esofágico inferior funciona correctamente.2 La mayoría de los bebés suelen concluir con los problemas de reflujo entre los 9 a 12 meses de edad.3
De forma general, cuando los síntomas no muestran un grado grave del reflujo, se recomiendan cambios de estilo de vida, cambios de alimentación o posición.3 Aquí te damos algunas opciones para tratar el reflujo en bebés:
Hazlo eructar. Ayúdalo a eructar con más frecuencia en las pausas naturales durante la alimentación.2
Trata de alimentarlo con menos cantidades y más frecuentemente. Sin embargo, es necesario asegurarse de que el bebé coma lo suficiente para un crecimiento y desarrollo normal.3
Habla con el pediatra. Antes de hacer cualquier cambio en la dieta de tu bebé o tuya. En caso de estar amamantando, es necesario recibir la asesoría de un profesional en el cuidado de la salud.2
Para niños más grandes, entre otros cuidados, se recomienda evitar alimentos fritos y con grasa ya que reducen la velocidad en que se vacía el estómago.3
Para aprovechar al máximo la consulta con el médico, te recomendamos leer el artículo ¿Qué preguntas hacerle al pediatra acerca del reflujo?
En caso de dudas en relación a la sintomatología y a los tratamientos del reflujo en bebés, consulta con un pediatra para que juntos elaboren un plan con los métodos más convenientes para tratar este malestar.
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