La mastitis es una inflamación en los senos que generalmente es causada por una infección y que con más frecuencia suele afectar a mujeres que están amamantando, aunque en algunas ocasiones pueden presentar este malestar aquellas mujeres que no están en periodo de lactancia1. Aquí te contamos más sobre las causas, los síntomas y su tratamiento.
La mastitis se presenta como una inflamación en el tejido mamario, la cual a veces es causada por infección que suele provocar dolor, hinchazón, sensación de calor y enrojecimiento en los senos. Asimismo, quien sufre de mastitis puede desarrollar fiebre, síntomas como los de la gripe y dolores en general2. Pero, ¿qué causa la mastitis? Esto sucede debido a que un área del seno no drena lo suficiente, pueden empezar a crecer bacterias en esa área y causar una infección o inflamación3. Un conducto de leche obstruido o cortes (aberturas) en la piel del pezón también pueden provocar una infección y derivar en la mastitis4. Los glóbulos blancos liberen sustancias para combatir la infección, lo que causa la hinchazón y un mayor flujo sanguíneo en el área4.
Esto sucede de forma más frecuente en mujeres que están amamantando, por lo que representa una causa importante de abandono de la lactancia materna.1 En la leche existen sustancias que al permanecer en contacto con la capa de tejido que reviste las glándulas mamarias pueden desencadenar en una inflamación que, de presentar un incremento de bacterias, podría derivar en una mastitis aguda1.
Los síntomas pueden variar de una mujer a otra, pero de forma general se presentan los siguientes:2
Sensibilidad en los senos o sensación de calor al contacto
Hinchazón de los senos
Engrosamiento del tejido mamario o un bulto en el seno
Dolor o sensación de ardor de forma continua o durante la lactancia
Enrojecimiento de la piel
Sentir malestar o dolor general
Fiebre de 38.3 °C o más
Existen diversos factores de riesgo que podrían influir en el desarrollo de mastitis, como los siguientes:2
Usar el sostén muy ajustado
Ejercer presión excesiva en el pecho que pueda limitar el flujo de leche
Usar una técnica de lactancia inadecuada
Por cansancio o estrés excesivos
Por llevar una nutrición deficiente
El tabaquismo
Si se presentan pezones lastimados o agrietados
Haber presentado un episodio previo de mastitis
De no tratarse de forma adecuada la mastitis, podría presentar también algunas complicaciones como acumulación de pus en mama, es decir, un absceso, que regularmente requiere de un tratamiento quirúrgico.
A los primeros síntomas de una inflamación o de cualquier otro malestar es importante acudir al médico para que sea él quien determine las causas, haga un diagnóstico e indique un tratamiento. En la mayoría de los casos, no es necesario dejar la lactancia, y no es recomendable.3 Amamantar con frecuencia ayudará a drenar los senos y prevenir que la infección se extienda.3
La mastitis suele tratarse con compresas tibias y antibióticos, según indicaciones del médico. Por otro lado, es importante continuar amamantando de forma frecuente, descansar, tomar muchos líquidos y seguir el tratamiento indicado por el especialista.3
Durante el tratamiento, muchas madres que están en periodo de lactancia pueden sentirse preocupadas. Una de las preguntas principales que suelen hacerse es: “¿El antibiótico se puede transmitir a la leche materna y afectar al bebé?”. Por esta razón detienen antes de tiempo su tratamiento, no lo inician o en el peor de los casos dejan de dar pecho a su hijo. Sin embargo, es importante mencionar que los antibióticos recetados para tratar la mastitis por lo general no causan ningún problema para el bebé lactante y dejar de tomarlos puede aumentar su probabilidad de desarrollar otro episodio de la infección. Como ya se mencionó, amamantar con frecuencia ayudará a drenar los senos y prevenir que la infección se extienda. De no tratarse la infección, podrían causarse cicatrices, afectando así la producción de leche aún en embarazos y experiencias de lactancia materna posteriores.3
Para poder realizar un plan efectivo de prevención es necesario consultar con tu médico. Será él quien hará un plan efectivo que podría incluir lo siguiente1-2:
Ofrecer el pecho a demanda
Evitar ropa ajustada y posturas que compriman el pecho
Extraer la leche tras la toma si el drenaje es incompleto
Descansar de forma adecuado
Higiene de manos y extractores de leche
Exploración de la mama
Cambiar la posición que se utiliza para amamantar entre una alimentación y otra
Asegurarse de que el bebé se prenda de forma correcta durante el amamantamiento.
No olvides que es importante acudir a tu médico de forma regular. En el caso de presentar algún síntoma de mastitis, o de presentar síntomas como fiebre, calofríos o enrojecimiento con dolor por más de seis horas, lo más recomendable es visitar al especialista de forma inmediata2.
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