Avances motrices
En este período de cambios físicos impresionantes, los niños adquieren habilidades a velocidades diferentes. Si el hijo de tu vecino está caminando al año de edad, pero tu hijo todavía se aferra a la mesa, no hay necesidad de preocuparse. Una vez que tu niño esté de pie y caminando, puedes estar segura de que él ya querrá correr, saltar y subir escaleras.
Estará perfeccionando sus habilidades motrices finas, y será cada vez más adepto a las actividades como apilar bloques, dibujar con lápices de colores (considera los que son borrables en caso de que utilice la pared como lienzo), pasar las páginas por sí solo y alimentarse por sí mismo con una cuchara.
Con toda esta actividad, puede sorprenderte lo poco que come tu hijo. Eso es debido a que su tasa de crecimiento físico ha disminuido significativamente. De hecho, los niños solo necesitan alrededor de 1,000 calorías al día. Un nutriente que es poco probable que su dieta proporcione en cantidades suficientes es la vitamina D, que es esencial para desarrollar huesos fuertes y sanos que apoyan todo este movimiento. La Academia Americana de Pediatría recomienda suplementos para los niños pequeños que consumen menos de 32 gramos de vitamina D en la leche fortificada.
Avances de comunicación
Al igual que con las habilidades motrices, las habilidades del lenguaje infantil se desarrollan a un ritmo diferente. A los 20 meses algunos utilizan solo tres o cuatro palabras, mientras que otros tienen dominio de 500. En general, a los 18 meses hay un aumento en el desarrollo del cerebro que produce una explosión del lenguaje. Y a los tres años la mayoría de los niños tienen al menos 300 palabras a su disposición.
Gran parte de lo que hace esto posible es la mielinización, que es la producción de una sustancia grasa que recubre los receptores neuronales en el cerebro y aumenta la eficiencia de la comunicación entre las células.
El mayor período de mielinización ocurre desde el nacimiento hasta alrededor del segundo cumpleaños de tu pequeño y su cuerpo necesita una dieta que es alrededor del 50% de grasa para apoyarlo. Comenzarás a ver los resultados como el procesamiento de la información de tu niño, además de que ya es capaz de responder con mayor rapidez a las solicitudes, como "Tira la pelota".
Después de dos años, su pediatra puede sugerir que cambie a leche baja en grasa como parte de una transición hacia un menor nivel de grasa en la dieta general (en la que debe haber más del 30% del total de calorías de su hijo).
Sí, es posible que se dirijan hacia los terribles dos años. Piensa en ello como la tormenta perfecta. El lóbulo frontal de tu hijo, la parte del cerebro responsable de la inhibición, está todavía inmaduro; sin embargo, su entusiasmo ante sus crecientes habilidades y su sentido en torno a la autonomía le sirven para llegar más lejos, subir más alto y decir la última palabra. Y teniendo en cuenta las limitaciones de sus conocimientos de palabras, es probable que se exprese a través de berrinches. Aunque en gran parte es inevitable, puedes minimizar las rabietas, asegurando que tu hijo duerma lo suficiente y haga tres comidas nutritivas y bien balanceadas al día, más una o dos meriendas para mantener el hambre que puede despertar a la bestia que trae dentro.
Es importante que sepas que esta etapa es difícil para ti, pero también es necesaria. Aprende a controlar a tu hijo en sus berrinches, y asegúrate de no pegarle, pues esto hará que tu hijo sea más rebelde y siga con su berrinche. Dale más atención, pero tampoco seas muy consentidora, pues él sabrá como controlar a mamá. Tú debes ser quien tenga el control.