Si tienes un niño pequeño, seguramente has notado que conforme crece, también lo hacen sus ganas de conocer y explorar el mundo que lo rodea. Con todas estas nuevas experiencias, es posible que también vengan cambios en su conducta, algunos más desafiantes que otros. Por eso, en este artículo te damos algunas claves para tratar de entender lo que está pasando con tu pequeño y te contamos cómo ayudarlo a reconocer y lidiar con sus emociones.
En esta edad, tu hij@ estará buscando nuevas aventuras y, con ello, empezará a enfrentarse a nuevos límites: los propios, los tuyos y/o de tu pareja y los del entorno que le rodea. Es probable que aún no tenga muchas de las habilidades necesarias para realizar de forma segura cualquier actividad, y ahí es donde necesitará de tu ayuda y tu protección1.
Recuerda que, a esta edad, tu pequeñ@ aún está desarrollando la capacidad de regular sus impulsos emocionales, y estos pueden manifestarse en forma de llanto, gritos o pataletas; esta es la forma que tu hij@ tiene para afrontar la realidad, con toda la dificultad que ello implica1. Ten en cuenta que tu hij@ también está conociendo (y reaccionando ante) una nueva emoción: la frustración. De ser así, quizás hayas notado alguna de estas señales en tu pequeñ@2:
Se frustra, llora o manotea cuando no obtiene lo que quiere2.
No entiende por qué no puede tener lo que quiere en el momento en que lo quiere2.
Se pone autoritari@ cuando quiere hacer algo2.
Se le dificulta esperar por ciertas cosas o dejar de jugar cuando es tiempo de ir a casa2.
Le es complicado controlar su frustración, por lo que tiene algunos berrinches2.
Los berrinches suelen ser comunes entre el primer y el tercer año de vida de los niños, y ocurren debido a que los niños pequeños aún están en una etapa temprana de su desarrollo social, emocional y lingüístico; es decir, no siempre pueden comunicar sus necesidades y sentimientos, lo que les lleva a frustrarse. Por otro lado, están aprendiendo que su comportamiento puede impactar también en los demás. Un berrinche puede servir a tu hij@ para expresar y manejar sus emociones, y en la que trata de cambiar o entender lo que sucede a su alrededor3. Aquí te hablamos más a fondo sobre este tema, y te contamos cómo lidiar con los berrinches en esta etapa.
La autorregulación es la capacidad de comprender y gestionar nuestro comportamiento ante lo que sucede a nuestro alrededor. Esto permite que tu hij@ pueda regular sus reacciones ante emociones fuertes como el enojo, la frustración o la vergüenza. También puede ayudarle a controlar sus impulsos, calmarse luego de sentir alguna emoción, concentrarse o reenfocar su atención en una nueva tarea4.
Conforme va creciendo, las habilidades de autorregulación pueden ser muy útiles para tu pequeñ@ al momento de:
Aprender cosas nuevas en la escuela: La autorregulación puede ser de gran ayuda para que tu hij@ escuche y siga instrucciones en clase4.
Desarrollar comportamientos socialmente aceptables: Le permite controlar de mejor manera sus impulsos4.
Hacer amigos: Aprender a autorregularse puede apoyarlo en su proceso de tomar turnos en conversaciones o ciertas actividades, compartir sus juguetes o expresar sus emociones de forma oportuna4.
Ser más independiente: Tu hij@ podría tomar decisiones apropiadas en torno a su conducta, y poco a poco aprender a comportarse de forma adecuada en situaciones que le parezcan nuevas4.
Los niños desarrollan habilidades de autorregulación cuando entablan relaciones amorosas y respetuosas en su entorno cercano. También lo hacen al ver cómo se relacionan los adultos que tienen cerca4.
Por eso, una de las mejores formas de enseñarle a tu pequeñ@ un comportamiento apropiado es regulando tus propios comportamientos. Es decir, si expresas tu enojo de forma pacífica y tranquila, es probable que tu hij@ siga tu ejemplo5.
L@s niñ@s pueden expresar sus emociones antes de desarrollar las palabras o el lenguaje adecuado para comunicarlas. Ayudarlo a desarrollar un “lenguaje emocional” que le permita expresar lo que siente en el momento puede ser de gran ayuda. Aquí te damos algunos tips para hacerlo6
Evita decir la palabra “contrólate”. Recuerda que, a esta edad, los niños tienen poco autocontrol por naturaleza. Tu hij@ necesitará que le enseñes a expresar sus sentimientos a través de palabras5.
Cuando veas que tu hij@ está sintiendo una emoción en particular, nómbrala y hablen junt@s de ella. Puedes hacerlo con frases como “Veo que estás sonriendo, ¡seguro estás feliz!”, o “Veo que estás llorando. Quizás estás frustrad@ porque no puedes jugar con eso”6.
Nombra las emociones que tu pequeñ@ ve en ti o en otras personas, por ejemplo: “tu abuelita está triste porque extraña a tu abuelo”6.
Enséñale a decir que no de forma enfática, en lugar de pelear. Enséñale con tu ejemplo que resolver cosas a través de las palabras es mucho más efectivo y adecuado que hacerlo de forma física5.
Si te sientes frustrad@ por algo que pasa a tu alrededor, quizás quieras decir algo como “me estás volviendo loc@”. En lugar de eso, trata de expresar tus sentimientos reales, con frases como “mamá está frustrada en este momento”. Esto puede enseñarle a tu pequeñ@ a decir lo que siente en vez de lanzar una frase hiriente7.
Jugar es una de las maneras que tienen los niños pequeños para reconocer, expresarse y lidiar con sus sentimientos. Estas ideas pueden ser útiles2
Intenta con juegos que estimulen su imaginación. Puedes usar títeres, juguetes o incluso ropa que ya no usen. Por ejemplo, puedes proponerle a tu pequeñ@ jugar a que cuide de su osito de peluche o que rescata valientemente a sus juguetes2.
Bailen y canten juntos. Pueden usar una canción como “Si estás feliz, feliz, feliz, aplaude así”2.
Busquen actividades donde esté permitido un poco de desorden. Pueden jugar con arena, arcilla o acuarelas; de esta forma, tu hij@ podrá pegarle a la arena, estrujar la arcilla o dar los brochazos que quiera2.
Léele historias con personajes que estén pasando por emociones similares a las suyas2.
Salgan a jugar al aire libre. Al correr, dar volteretas o rodar por el pasto, tu pequeñ@ podrá dejar salir sus emociones2.
Deja que lidere el juego, pero ten presente que tú sigues teniendo un papel importante al momento de enfrentarse a emociones como el enojo o la frustración2.
Usen tarjetas de emociones. Los recursos visuales como estos pueden ayudarle a tu hij@ a identificar y entender lo que está sintiendo. De un lado, coloca una imagen con la expresión facial asociada a cierta emoción; en el reverso, coloca las imágenes de algunas estrategias que puedan ayudarlo a enfrentar esta situación. Cuando notes que esté atravesando por algún sentimiento en particular, muéstrale la tarjeta asociada a ella y nombra la emoción: “creo que estás enojad@ en este momento”, “puedo ver tu gesto de enojo”, etcétera. Empieza con dos o tres emociones recurrentes; con el tiempo, tu hij@ podría comenzar a usar las tarjetas por cuenta propia para reafirmar su independencia y elegir una estrategia adecuada para manejar lo que siente8.
¿Te sirvió este artículo? Suscríbete gratis a Club EnfaBebé y accede a más contenido útil para cuidar de tu salud y la de tu bebé durante cada etapa de su desarrollo.