¿Por qué mi bebé sigue llorando?
Gases: Si tu bebé ha comido demasiado, o no expulsó los suficientes gases de su cuerpo, es probable que sienta molestias1.
Irritabilidad (“cólicos”): ¿Tu bebé llora con frecuencia durante el día y aún más en la noche? Puede que se trate de irritabilidad o cólicos. Estos podrían hacer que encoja las piernas como si sintiera dolor, y que consolarlo se vuelva muy difícil, a pesar de que quiera alimentarse. Aunque no se sabe a ciencia cierta cuál es la causa de los “cólicos”, la mayoría de los bebés que los experimentan logran desarrollarse de forma adecuada, y su llanto suele disminuir entre los 3 y los 4 meses2.
Si crees que tu pequeño pueda tener irritabilidad o “cólicos”, no dudes en hablar con tu médico, quien podrá darte un diagnóstico y tratamiento de acuerdo con su historial médico.
Reflujo: Si identificas que tu bebé llora mucho después de alimentarlo o cuando está acostado, y vomita una buena cantidad de leche, podría ser que tenga reflujo. Puedes identificarlo porque devuelve más leche que en una simple regurgitación, que es normal. Esto puede suceder porque el esfínter que existe entre el esófago y el estómago está inmaduro, lo que podría favorecer que la leche regrese hacia el esófago y puede producirle dolor a tu bebé2. Aquí te hablamos más sobre el reflujo y cómo puedes apoyar a tu bebé en esta situación.
Diarrea: La principal causa de diarrea en niños y bebés es la existencia de algún virus como el de la Salmonella3, aunque en algunos otros casos la diarrea podría estar relacionada con la sensibilidad a algún componente presente en la dieta de tu bebé o la presencia de alguna intolerancia alimentaria. Esta es una situación que, sin duda, puede ser muy incómoda para tu pequeño.
Si notas algún cambio en sus evacuaciones (demasiado líquidas, con mayor frecuencia o volumen) o síntomas de deshidratación (boca seca, menos pañales mojados, ojos hundidos), no dudes en consultar con tu médico. Es importante que no suspendas la lactancia materna y no automediques a tu pequeño sin antes tener la supervisión de su pediatra4. Consulta aquí más tips para apoyar a tu bebé con diarrea.
Estreñimiento: El estreñimiento suele aparecer después de que los bebés inician el consumo de alimentos sólidos. Puedes identificar que tu bebé está estreñido si sus evacuaciones son más duras o en forma de gránulos, parece que tiene dificultad o dolor al evacuar (que en ocasiones puede manifestarse con la espalda arqueada, el llanto, así como popó más dura y seca) y evacuaciones menos frecuentes de lo normal.
Es importante saber que hacer fuerza al momento de evacuar no siempre es señal de estreñimiento. Aunque rara vez el estreñimiento es causado por otro tipo de afecciones, no está de más que consultes con su pediatra cualquier duda que tengas sobre este tema: recuerda que él podrá darte una evaluación más adecuada en relación con el historial médico de tu bebé5. Conoce los consejos de nuestros expertos para el estreñimiento en bebés.
Hipo: Casi todos los bebés presentan un episodio de hipo de vez en cuando. Generalmente, no hay nada de que preocuparse, y esto puede solucionarse fácilmente cambiando a tu pequeño de posición para que intente relajarse.
También puedes ayudarlo a sacar el aire que haya tragado haciéndolo eructar: sostenlo de forma vertical contra tu cuerpo, y pon su cabecita en tu hombro. No olvides poner un paño limpio debajo de su cabeza y darle palmaditas o frotar su espalda suavemente. Si después de unos minutos tu bebé no eructa, puedes ponerlo boca arriba o seguir alimentándolo6.
Hambre: Recuerda que un recién nacido debe alimentarse a libre demanda; por lo general, los bebés se alimentan con una frecuencia de 2 a 3 horas, tanto en el día como en la noche1.
Alteraciones en la temperatura: El que tu bebé tenga demasiado calor o demasiado frío también puede provocarle incomodidad. Revisa si no está demasiado abrigado o, al contrario, necesita que lo arropes más.1
Otras molestias: Tu bebé puede alertarte de que necesita atención a través del llanto. Esto incluye situaciones como tener el pañal mojado, estar cansado, estar muy estimulado, la presencia de demasiado ruido, luz o actividad, etcétera1,7.